miércoles, 20 de marzo de 2013

Un regalo de gran valor,... tan poco utilizado!

No siempre el coste y el valor guardan una relación directa. De hecho, el arte de "regalar eficientemente" consiste en dar algo de alto valor para el que lo recibe y de bajo coste para el que lo da. 


Es curioso ver qué mal administramos algunas cosas de gran valor, por el simple hecho de que cuestan muy poco. Me refiero, cómo no,  al reconocimiento.
Tal vez temamos que nuestro receptor le dé poco valor al percibirlo como gratis. O quizás nos cueste manejarlo, por falta de costumbre, por el que dirán, o por mil razones más que  lo hacen 'emocionalmente costoso' de generar. El caso es que ahí está, infrautilizado, casi ignorado, fuera de servicio.
Sin embargo, el reconocimiento ha demostrado su impacto en la motivación y en la autoestima. Es efectivo en los procesos de socialización y alineamiento cultural, orientando y reforzando lo valioso de las personas. Para muchos, es la gran pista para descubrir su talento y vocación en lo profesional. El reconocimiento como feedback es información relevante sobre 'lo bueno de uno', sus fortalezas y contribuciones más significativas. Además supone un chute emocional inspirador.
No obstante, diversos estudios revelan la escasa práctica del reconocimiento en la empresa, evidenciando una dieta estricta en los reconocimientos del día a día. Lograr una cultura de reconocimiento pasa en muchas ocasiones por impulsar un cambio cultural "de arriba a abajo", fomentándolo como algo natural, esperado e incluso útil desde la alta dirección.
Aún nos movemos en culturas propias de modelos productivos y de gestión de siglos pasados. Nos basamos en el control centralizado, creemos que existe una "única mejor forma de hacer las cosas", apostamos por un crecimiento basado en identificar / solucionar problemas / debilidades, y mantenemos estructuras organizativas y flujos de trabajo rígidos, ajenos a las dinámicas externas.
Afortunadamente, algo está cambiando. Organizaciones de la nueva economía, de éxito en términos empresariales, apuestan por formas de hacer más propias de la realidad emergente: empowerment, diversidad, gestión desde las fortalezas, innovación como actitud, puesta en valor de lo social,...
En esta línea de gestión, los sistemas de reconocimiento estratégico 2.0 juegan un importante papel al dotar a cualquier empleado de un gran poder: dar y recibir motivación sin límites bajo una cultura de reconocimiento que potencia lo mejor de cada uno, empleado, equipo y organización, aprovechando esta energía social infinita.
En bravo! nos inspiramos en las mejores prácticas de gestión del reconocimiento, aprendiendo cómo hacer de él una herramienta de cambio al servicio de la estrategia. Estamos a tu disposición para hablar de estos temas, si te estás planteando abordar una transformación real que aproveche ciertos recursos que ahora, por ser gratis, tu organización puede estar infrautilizando.

Antonio Delgado
ad@videobravo.net 
www.videobravo.net
 

2 comentarios :

  1. Cuánta razón tenéis! Siempre sorprende -cuando te hacen pensar en ello- lo poco que cuesta el reconocimiento y lo mucho que le agrada a quién lo recibe. Gracias por recordárnoslo.

    Patricia Hernandez

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  2. Muchas gracias, Patricia, por tu comentario.
    Es cierto. La mayoría reconocemos su valor motivacional en los entornos laborales y lo poco que nos costaría ejercerlo.
    Sin embargo, es igualmente cierto el largo recorrido que nos queda para que el reconocimiento en la empresa sea una práctica real en nuestro día a día, al menos en culturas como la nuestra.
    En fin, un gran reto en el que nos encantará ayudar a quien así se lo plantee, para lograr los beneficios de su práctica.

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