Cuatro de cada cinco contribuciones de valor no reciben
reconocimiento. El reconocimiento es la variable que sistemáticamente sale peor
parada en los estudios de satisfacción y compromiso. Estamos desperdiciando una de las fuentes de energía
más potentes para revitalizar el compromiso de los empleados e impulsar su
rendimiento.
Es importante entender porqué los jefes no acaban de hacerlo tan bien como cabría.
1. “Estoy muy ocupado”
Siempre hay más tareas que tiempo. Si priorizamos otras acciones
como más relevantes, nunca tendremos tiempo para el reconocimiento de los colaboradores.
2. “¿Reconocerles por lo que hacen? La nómina a final de mes es más que suficiente”
Reconocer lo excepcional tiene efectos positivos. Cuando
hemos hecho algo loable y la alabanza es sincera, se reforzará esa contribución,
haciéndola más probable.
3 “No sé
cómo debo dar reconocimiento; prefiero no arriesgarme”
Tendemos a no hacer las cosas cuando no estamos seguros de
cómo hacerlas, especialmente en terrenos tan sensibles como éste.
4. “Mi papel como jefe es corregir desviaciones, no alabar aciertos; si
no les digo nada, ya saben que lo están haciendo bien"
Funcionando como controladores de máquinas, prescindimos de
una de las atribuciones más significativas del liderazgo: inspirar, motivar,
ilusionar, en definitiva gestionar la energía emocional del empleado, verdadera
fuente del compromiso.
5. “A mí no me han dado ningún reconocimiento y aquí estoy”
5. “A mí no me han dado ningún reconocimiento y aquí estoy”
Esto explica la falta de soltura en esta destreza, así como
el desarrollo de alguna que otra idea disruptiva. Es importante transformar estas
predisposiciones en un reto de cambio.
6. “Si ahora empiezo a dar reconocimiento a mi gente…
… pensarán que soy
un hipócrita, ya que nunca lo he hecho”
…se creerán imprescindibles
y pedirán un incremento salarial”
… pensarán que he
perdido fuerza, se me subirán a la chepa”
… algunos se sentirán
ignorados; prefiero no diferenciar”
Lo importante es discriminar bien y reconocer hechos
claramente significativos, de valor, a aquellos colaboradores que lo merezcan
en cada momento. Y esos temores se diluirán.
7. "Hasta un mono podría hacer ese trabajo"
Es importante saber reconocer la excelencia en cada tipo de actividades,
ya que incluso en las funciones más básicas pueden existir y reconocerse
contribuciones destacadas.
8. “Ojo con dar mucho reconocimiento, o los empleados se lo acabarán creyendo”
Es curioso, muchos jefes temen caer en un sobre-reconocimiento.
Sin embargo, cuando se les pregunta si alguno ha recibido o visto alguna vez
demasiados reconocimientos, nadie asiente.
Bravo! es un sistema que
ayuda a entrenar el músculo del reconocimiento
de forma guiada para fomentar una cultura reconocedora y lograr que las empresas
se beneficien de su práctica y aprovechen esta increíble energía, normalmente
desperdiciada en el día a día.
No hay comentarios :
Publicar un comentario