jueves, 11 de diciembre de 2014

Felicidad, Productividad y Reconocimiento Social

Actualmente, muchas organizaciones consideran la felicidad como un factor clave en la gestión de personas. Se basan en la creencia de que un empleado feliz hace una compañía productiva, relacionando así esta variable con los resultados de negocio.
Esto supone un cambio de enfoque -cultural, o al menos conceptual. Hasta hace una década, incluso menos en nuestras latitudes, un empleado más feliz no era necesariamente un empleado más productivo. Incrementar aspectos como la felicidad o la satisfacción no generaban incrementos en el rendimiento laboral tanto como si, por ejemplo, impulsamos el compromiso. La tendencia actual es la de integrar la felicidad como una dimensión del compromiso, más que descartar una de ellas.

¿Por qué ahora es importante ser feliz para ser un empleado eficaz? Simplificando, avanzamos dos explicaciones: una es la propia idea de qué es la felicidad; la otra, está relacionada con la evolución del entorno donde operamos como empleados.

Por un lado, el concepto felicidad se entiende cada vez más como un proceso o estado, una forma de operar con mi entorno (de percibir, procesar y responder), más que un fin o un resultado en sí mismo. La dicotomía entre ser o estar feliz. Ser feliz implica una forma de actuar, de relacionarme con mi contexto, mientras que estar feliz sugiere más un estado contemplativo de gozo, centrado posiblemente más en mis propias sensaciones.

Por otro lado, el entorno afecta mucho sobre cuál es la disposición más adaptativa para, en el caso de las organizaciones, ser un empleado más eficaz y productivo. Simplificando mucho, en entornos estables y predecibles la felicidad afecta menos a nuestra productividad, ya que aplicando procedimientos previstos seremos productivos; con un adecuado compromiso (sé lo que tengo que hacer, vivo la empresa como mía y estoy dispuesto a esforzarme más), basta para funcionar bien.

En entornos cambiantes, poco predecibles, requerimos de una mayor flexibilidad e innovación para actualizar nuestras respuestas de forma adaptativa y eficaz. Aquí la felicidad suma puntos y nos hace mejores empleados. Un empleado feliz en entornos cambiantes procesa la situación y resuelve mejor que uno menos feliz.  Seguro que nos resulta familiar la frase de "ver oportunidades donde otros ven problemas". Así opera un empleado feliz, y esto es clave en situaciones nuevas, imprevistas, si queremos ser significativamente más productivos. Así, el "optimismo aprendido", una de las variables más estrechamente relacionadas con la felicidad como estado (M. Seligman), es considerada hoy día como competencia estratégica en ciertas compañías de referencia.

Lo cierto es que, como indicábamos al principio, contar con empelados felices hoy es un reto y una prioridad para muchas organizaciones. Tanto, que algunas han creado la figura del director de la felicidad. Independientemente de lo chocante de la iniciativa, lo  cierto es que evidencia la importancia que se está dando al asunto -como hace años, cuando el talento era la clave y surgió el director de talento. Es lógico: si algo es importante, pongámosle un responsable: director de producción, de ventas,...

De hecho, existen iniciativas con modelos muy elaborados sobre la felicidad aplicada al trabajo (Ignacio Fernández).  Este modelo contempla seis variables: 
1. Reconocimiento 
2. Positividad
3. Sentido
4. Relaciones confiables
5. Desarrollo
6. Compromiso.  
Curiosamente, el reconocimiento  es una de estas seis palancas clave, quizás la más relevante, al estar estrechamente vinculada con las otras cinco: el reconocimiento es positividad, da sentido al hacer profesional del empleado, genera confianza y aprecio, promueve el desarrollo del talento genuino e impacta en su compromiso con la empresa.

Compañías tan relevantes como Google parecen tomarse muy en serio lo de la Felicidad. Tanto, que uno de sus primeros ingenieros, Chade-Meng Tan, actualmente se dedica a enseñar cómo ser feliz en el trabajo. Propone tres sencillos pasos: pacificar la mente, registrar los momentos alegres del día y desear el bien a los demás. 

Otras investigaciones descubren cuáles son los indicadores de nuestra felicidad en el trabajo. Nuevamente el reconocimiento es una de las señales clave, estrechamente relacionadas con las que más impactan en la "felicidad laboral": a) el salario importa, pero no lo es todo, b) una buena relación con los compañeros, c) aprender a disfrutar en el día a día, d) trabajar con pasión, dando el máximo, e) tener un gran ambiente laboral, y especialmente, f) obtener reconocimiento por lo que hago. 

Para nosotros, la jugada está clara: apostar por el reconocimiento es una forma muy eficaz de crecer en felicidad, ya que guardan una relación muy estrecha. Ambos impulsan el compromiso y la productividad, provocando un juego "ganar-ganar" donde todos salimos beneficiados: empresa, empleados y entorno en su conjunto. Si deseas que exploremos estas posibilidades, de forma concreta, pensando en tu organización, ya sabes dónde nos tienes. 

Antonio Delgado
ad@videobravo.net
@bravoadc

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