La práctica del reconocimiento social en las organizaciones va cobrando
fuerza. Un fenómeno sin duda valioso y
eficaz tanto para la empresa como para el empleado, por su impacto en el
compromiso, el rendimiento, las relaciones internas y los resultados de negocio,
entre otros factores.
Si bien es cierto que en según qué latitudes y culturas es una práctica
que cuesta incorporar, es igualmente cierto que la experiencia compartida,
expresada en diferentes estudios, señalan que quien prueba, repite y lo consolida
dentro de su organización.
De hecho, ya contamos oficialmente con el día mundial del reconocimiento de empleados, que es hoy, (Employee Apreciation Day, March 4th),
lo que pone de manifiesto el interés creciente
en dicha práctica y el reconocimiento de sus beneficios para personas,
equipos y organizaciones.
Espero que este hito sea un aliciente para promover la expansión del
reconocimiento social, fomentando una cultura más apreciativa en el hacer
cotidiano de las organizaciones, y no tanto que únicamente se consolide el 4 de
marzo como el día para apreciar y reconocer
el valor aportado por el empleado. De hecho, sería una ironía, contraria a
las mejores prácticas que indican como idóneo recibir al menos un reconocimiento
apreciativo a la semana.
¿Por qué la práctica del reconocimiento social debe ser diaria y no “una
vez al año”? porque sentirse apreciado y reconocido no es fruto de un hecho
puntual, en un poso producido como consecuencia de una forma de relacionarnos
en el trabajo.
Como ya sabemos, la felicidad en el trabajo está cobrando cada vez más
protagonismo, ya que empleados felices resultan ser mejores trabajadores, más
implicados, innovadores, resueltos, colaboradores y productivos.
Digo esto a colación de un estudio
reciente de Boston Consulting Group sobre la felicidad en las
organizaciones. El primer factor en el ranking -de los 26 identificados- que
explica por qué un empleado se siente feliz es “sentirse apreciado por el
trabajo realizado” (ver detalle en tabla anexa). Otros factores, relacionados
con la práctica del reconocimiento social en la empresa, también aparecen en
este estudio, como son las “buenas relaciones con los colegas” y “buenas
relaciones con los superiores” (posiciones 2ª y 4ª en el ranking), consecuencias
directas de la práctica habitual del reconocimiento social en la empresa.
Un fenómeno adicional que relaciona reconocimiento y felicidad
hace referencia no tanto al hecho de ser reconocido, sino de brindar la
posibilidad de reconocer a otros, de dar reconocimiento y aprecio a los demás.
El reconocer a un colega un comportamiento o contribución de valor es un
acto de generosidad, comportamiento muy ligado a “sentirse feliz”. De hecho, no
son pocos los autores y estudios los que elevan esta conducta (generosidad) a ser fuente
esencial de la felicidad.
Que hoy, 4 de marzo, sea oficialmente el día del reconocimiento es un
gran avance. Sinceramente, espero que sea un paso adelante en este apasionante
recorrido por el que cada vez más personas apostamos: el camino para contar con
organizaciones más sostenibles y eficaces, donde el factor humano es un
ingrediente irrenunciable, y el reconocimiento, un comportamiento genuinamente
humano.
Antonio Delgado
ad@videobravo.net
Institucionalizar el día mundial del Reconocimiento al Empleado es una buena noticia para visibilizar e impulsar esta buena practica en las Organizaciones. Gracias por hacérnoslo saber, Antonio.
ResponderEliminarGracias Antonio por compartir estas reflexiones y los resultados de este estudio, muy útiles para mis proyectos. Para reforzar tu tesis de la importancia del reconocimiento y en homenaje a su día, quiero compartir contigo, las claves que me funcionaron para desarrollara una cultura de reconocimiento robusta. http://disolgich.blogspot.com/2016/01/descubre-mis-6-secretos-para.html. Saludos
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